Ser testigo de un árbol que aparentemente prospera en una prístina isla de sal blanca en medio del Mar Muerto es una visión inesperada y surrealista para los visitantes del cuerpo de agua más salado del mundo. Este cautivador fenómeno se encuentra cerca de la playa de Ein Bokek.
El Mar Muerto, conocido por su concentración de sal diez veces mayor que la del océano, suele ser inhóspito para la vida vegetal y animal. La presencia de un árbol que crece en una isla hecha enteramente de sal plantea dudas sobre su existencia. Situada a poca distancia de la playa de Ein Bokek, cerca de Arad en Israel, se encuentra la extraordinaria Isla de Sal del Mar Muerto, una formación natural de otro mundo caracterizada por una sal blanca deslumbrante y rodeada de aguas turquesas. En el centro se encuentra un estanque de agua poco profunda y tentadora y un árbol incongruente que parece fuera de lugar, pero que cautiva a todos los que lo encuentran.
A pesar de las duras condiciones del Mar Muerto, el árbol de la Isla Salada del Mar Muerto se ha convertido en una vista intrigante. Es sorprendente que un fenómeno tan singular no haya atraído más atención en plataformas de redes sociales como Instagram. La paradoja de un ser vivo floreciendo en una masa de agua famosa por su falta de vida se suma a la naturaleza surrealista de la escena.
Tras una inspección más cercana, el árbol revela brotes en sus ramas y raíces que se extienden hasta la corteza salada de la isla. Sin embargo, el árbol no brotó ni creció naturalmente en este ambiente hostil. En cambio, un artista local la trajo y la “plantó” como una instalación de arte original. El artista cuida el árbol a diario, colocando barro alrededor de su base para proporcionarle los nutrientes necesarios para su supervivencia.
El propio Mar Muerto se enfrenta a desafíos medioambientales, ya que su costa invade el agua cada año. El simbolismo del llamado “árbol de la vida” sigue siendo ambiguo: no está claro si sirve como metáfora del Mar Muerto cada vez más reducido o como representación de la vida en medio de la adversidad. Sin embargo, la existencia del árbol añade una dimensión única al paisaje del Mar Muerto y se ha convertido en un popular telón de fondo para fotografías dignas de Instagram.
Si visita el Mar Muerto y pasa por Ein Bokek, tómese un momento para explorar el “Árbol de la Vida” y la hermosa isla de sal en la que parece “crecer”.